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Las ideas preconcebidas sobre la discapacidad intelectual todavía perduran

Según los últimos datos publicados por el IMSERSO, en 2017, en España hay más de 273.000 personas con discapacidad intelectual reconocida con grado igual o superior al 33%, lo que supone casi el 9% del total de personas con discapacidad en nuestro país. A pesar de tratarse de un importante porcentaje de la población, todavía perduran multitud de mitos e ideas preconcebidas o erróneas sobre las personas con discapacidad intelectual. ATADI trabaja en la difusión y normalización de diferentes conceptos, a través de charlas en centros educativos sobre todo, para avanzar hacia la superación de estos mitos.

 

La discapacidad intelectual no es una enfermedad

 

Una de las principales causas de la extensión de las ideas preconcebidas es el desconocimiento acerca de qué es la discapacidad intelectual y qué supone para quien la presenta. “La discapacidad intelectual no es una enfermedad, aunque puede ser causada por una”, explican desde ATADI. Y añaden: “Se manifiesta antes de los 18 años y causa limitaciones en algunos aspectos de la vida cotidiana”.

Estas limitaciones varían en cada persona, tal y como resumen desde la entidad: “Para las personas con discapacidad intelectual es más difícil comunicarse y aprender ciertos comportamientos y habilidades, pero pueden mejorar si cuentan con los apoyos necesarios y desarrollan su vida en un entorno inclusivo. Su grado de autonomía es variable: algunas personas solo necesitan apoyo en algunos ámbitos, mientras que otras tienen limitaciones importantes que les impiden alimentarse, asearse o realizar otras tareas sin ayuda”.

 

Todos somos únicos y diferentes

 

Ante todo, debe quedar claro que “las personas con discapacidad son personas completas con sus propios intereses y características. Cada persona, con o sin discapacidad, es un individuo único que merece dignidad y respeto y que es objeto de los mismos derechos y deberes”, insisten desde ATADI.

Respecto a los derechos de las personas con discapacidad, el colectivo aplaude el reciente anuncio de la reforma del artículo 49 de la Constitución Española, en el cual se sustituirá la palabra “disminuidos” por “personas con discapacidad”. Este avance dignifica al colectivo y contribuye a desterrar expresiones caducas y discriminatorias.

Por otro lado, es importante destacar que “las personas con discapacidad intelectual no constituyen un colectivo homogéneo, sino que cada una de ellas cuenta con una identidad propia y unas necesidades específicas”, al igual que las personas sin discapacidad.

 

Discapacidad intelectual y enfermedad mental

 

Un error frecuente es confundir discapacidad intelectual con enfermedad mental. Para que a una persona se le diagnostique una discapacidad intelectual debe tener un cociente intelectual igual o inferior a 70, algo que no debe cumplirse en los diagnósticos de enfermedad mental, la cual no guarda relación con dicho cociente.

Además, la discapacidad intelectual es una condición permanente y no tratable, mientras que las enfermedades mentales pueden revelarse en cualquier momento de la vida, a menudo son temporales y se pueden tratar. “Puede darse el caso de que una persona con discapacidad intelectual tenga una enfermedad mental, del mismo modo que otros individuos sin discapacidad”, apuntan fuentes de ATADI.

Conocer la discapacidad es fundamental para construir una sociedad inclusiva, sin estigmas y que ofrezca a cada persona los apoyos que necesita.