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Inaugurado el símbolo de la paz recuperado por ATADI en Andorra

Este viernes, 5 de agosto, ATADI ha presentado los resultados del trabajo realizado en una loma de Andorra, en la cual se ha reconstruido la figura de una gran paloma, símbolo de la paz, para que pueda volver a verse desde distintos puntos de la localidad. Esta actividad se ha realizado en el marco del Campo Internacional de Voluntariado Juvenil ‘One more chance for Peace’, que se desarrolla en Andorra desde el pasado 25 de julio y que finalizará el próximo 8 de agosto.

A la inauguración de este símbolo recuperado ha asistido Mercedes Baselga, concejal de Acción Social del Ayuntamiento de Andorra; José Antonio Mora, director administrativo de ATADI; Almudena Amador, directora de ATADI Andorra; Cristina Espada y Edurne Pérez, directoras del Campo de Voluntariado; e Irene Calvo, monitora, entre otras personas. Como no podía ser de otro modo, también han estado presentes los 12 jóvenes campistas y numerosos usuarios de ATADI Alcorisa y ATADI Andorra; todos ellos han llevado a cabo los trabajos de reconstrucción de esta paloma de la paz, en los que también participó un grupo de personas refugiadas ucranianas.

Dicho símbolo, consistente en la silueta de una paloma formada con piedras pintadas de blanco, estaba muy deteriorado debido al paso de los años, el crecimiento de la vegetación y la degradación de la pintura que hacía resaltar las piedras sobre el fondo de tierra. Su recuperación ha sido el eje en torno al cual se ha estructurado el programa de actividades del Campo Internacional de Voluntariado Juvenil ‘One more chance for Peace’, cuyo objetivo es “fomentar la inclusión de las personas con discapacidad intelectual a través de la convivencia, el respeto al medioambiente y la paz”, explica José Antonio Mora.

 

Actividades inclusivas

 

Los jóvenes campistas han trabajado codo con codo con personas con discapacidad intelectual usuarias de ATADI, apoyándose mutuamente en las tareas de desbrozado, limpieza y pintura del símbolo de la paz. Además, los campistas alternaban el trabajo en la loma con sesiones en los centros ocupacionales de ATADI Alcorisa y Andorra, donde prestaban apoyo a las personas usuarias. Así, han podido conocer cómo trabaja ATADI y cuáles son las necesidades de las personas con discapacidad intelectual. Además, no todos los usuarios de ATADI podían trabajar en la loma, debido a su edad, problemas de movilidad reducida u otras causas, por lo que “la variedad de actividades ha permitido la participación de todas las personas, con mayores o menores necesidades de apoyo”, sostiene Mora.

Esta experiencia inclusiva es “muy enriquecedora para todos los participantes”, apunta Mora, porque “los jóvenes campistas conocen a otros jóvenes europeos y otro país o zona de España, según el caso; practican el idioma y, lo más importante, la convivencia con personas con discapacidad intelectual les aporta crecimiento personal y un importante aprendizaje sobre diversidad y respeto”.

También para las personas con discapacidad intelectual es importante la participación en este Campo de Voluntariado pues, como resume Mora, “fomenta su inclusión, les permite conocer gente, aprender y socializar con personas ajenas a su círculo más cercano, además de variar su rutina”.

 

Conocer la provincia

 

Aunque las mañanas se dedican fundamentalmente al trabajo, los campistas disfrutan de numerosas actividades durante las tardes. A lo largo de estos días, los jóvenes han observado estrellas en el Monasterio del Olivar de Estercuel, han visitado el Poblado Íbero del Cabo de Andorra, las Grutas de Cristal de Molinos y el Museo Minero de Ariño; han navegado con kayaks en el pantano de Pena en Beceite, se han bañado en Aguaviva y en los baños de Ariño y han descubierto Valderrobres. A estas propuestas se suman las actividades nocturnas junto a los usuarios de ATADI, como sesiones de baile de los distintos países, juegos tradicionales aragoneses, gimkana, etc. Este fin de semana está previsto que conozcan Teruel y Albarracín, como colofón a dos intensas semanas de convivencia.

El próximo lunes, 8 de agosto, los 12 jóvenes campistas partirán hacia sus lugares de origen: México, Turquía, Italia, Madrid, Valencia y Zaragoza. Pero a pesar de su partida, el recuerdo de su estancia permanecerá durante muchos años en Andorra, en forma de paloma de la paz.